Tanto en la columna de agua como en el fondo marino, Fonsalía es rica en innumerables formas de vida, de todos los tipos y tamaños. Adéntrate en sus aguas y conócelos, ¡todos ellos necesitan nuestra ayuda!
Todas las imágenes son cedidas por fotógrafos y entidades colaboradoras con la causa, como Francis Pérez, Felipe Ravina, Charlie Sarria e Innoceana.
Hay muchas razones por las que esta zona es de vital importancia, y por las que es tan necesario conservarla, pero una de las principales es la presencia de una población residente de calderón tropical, Globicephala macrorhynchus, en las aguas que se extienden a pocos kilómetros de la costa. A nivel mundial, solo se conocen tres otras poblaciones con este nivel de fidelidad a un área concreta, y se encuentran en Japón, California y Hawái. Esta especie, además de sernos bastante desconocida a pesar de ser un miembro de la familia Delphinidae, está incluida en el catálogo nacional español de especies amenazadas en la categoría de “vulnerable”, y en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias como especie de “protección especial”.
La contaminación acústica y los constantes vertidos contaminantes afectarían tremendamente a esta especie, que es conocida por su gran capacidad de ecolocalización a grandes profundidades, donde es uno de los mejores depredadores de la Tierra.
Otra razón nada desdeñable es que la presencia de barcos grandes de circuitos fijos como los cruceros haría aumentar todavía más el número de colisiones con grandes cetáceos como los cachalotes (Physeter macrocephalus) y los rorcuales comunes (Balaenopter physalus). Las colisiones con buques son reconocidas como una de las causas más frecuentes de muerte accidental de grandes cetáceos en diversos lugares del mundo en los que se da la confluencia de poblaciones significativas y tráfico intenso. En el caso de Canarias, se produce con frecuencia la aparición en sus costas de cetáceos varados con signos identificables de haber sufrido una colisión con un buque, y se ha apuntado recientemente la posibilidad de que ello puede provocar que no se cubran las tasas de reemplazo de esta población de cachalotes en concreto, con el consiguiente riesgo que eso ocasionaría a su sostenibilidad (Grassa et al. 2019).
Sumado a esto, en la zona encontramos especies en peligro de extinción como la tortuga boba (Caretta caretta) y la tortuga verde (Chelonia mydas), así como innumerables especies protegidas de invertebrados y aves marinas.
Los fondos que rodean la zona donde se construiría el Puerto de Fonsalía albergan algunos de los ecosistemas marinos bentónicos más ricos de Canarias, incluyendo en esta zona los tres ecosistemas protegidos a nivel Europeo; cuevas rocosas sumergidas, arrecifes rocosos y arenales con fanerógamas.
La huella del diseño del Puerto cubriría una buena parte del denominado “Blanquizal de Alcalá” un arrecife rocoso de más de un kilómetro cuadrado que se adentra 900 metros mar adentro y que esconde guaridas, grietas y lajas pobladas de elasmobranquios y peces óseos, siendo muy común encontrar en las zonas profundas de este blanquizal paredes con coral negro. Las zonas de este arrecife más cercanas a la costa hacen de guardería para alevines de distintas especies de peces y es muy común encontrarse bancos de bogas, bicudas o roncadores.
A su vez, a pocos metros al norte de la localización del futuro Puerto se encuentran auténticas praderas de gorgonias rojas y amarillas.
En esta zona se han reportado casi todas las especies de elasmobranquios (tiburones y rayas) que se pueden ver en Canarias; incluyendo el cazón, el angelote, las mantelinas o la móbula tarapacana, todas ellas catalogadas en alguna categoría de peligro. También especies amenazadas de invertebrados como el bucio de Honduras.
Los parajes basálticos combinados con arenales infinitos crean paisajes submarinos de un gran nivel visual y artístico, pináculos que culminan a escasos 10 metros de profundidad y se precipitan a fondos que superan los 50 metros.
Así mismo, en los arenales limítrofes al posible puerto se pueden encontrar pequeños parches de sebadal.
Aunque estos fondos han sido visitados por mucho científicos y buceadores, aún falta mucho por explorar de los fondos de Fonsalía.
Web creada por Taïme Smit Pellure
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